30 dic 2009

Beso no robado

Ya era hora de irme, temía que este momento llegase. Salimos de su casa y la abracé con mucha fuerza, casi la asfixio. Me separé y no dejé de mirarla. Ella, si algo sintió, lo supo ocultar muy bien, yo, baboso, temblaba por dentro. ¿Hace ya cuanto que no había estado tan cerca? Habrá sido solo unas semanas, la confianza que tenemos es casi increíble. Nuestros acercamientos son controlados y sin ninguna insinuación. Muy buenos amigos.

Mis dedos tocaron y rodearon suavemente su mentón, este movimiento ya lo había hecho dos veces antes y con la misma intención. Acerqué mi rostro y el de ella. Mis labios besaron su frente lo más dulce que pude. Me volví a alejar y le sonreí. Ya sabías lo que haría le dije. Asintió. Recordé en ese instante la primera vez que intenté hacer este movimiento. Aquella vez, ella retiró su rostro apenas quise acercar el mío mientras colocaba mis dedos en su mentón. Al retroceder, ella chocó con una piedrita y casi se cae. Fue un momento cómico y repentino, fresco.

Perdón, pero volveré a abrazarte, y así lo hice, esta vez más tranquilo y reteniendo cada segundo en mi memoria, contenía la respiración, era como sumergirme con ella al mar. En un susurro pronuncié dos palabras sencillas y profundas: te quiero. Sentí su sonrisa, sin necesidad de verla. Me encontré en sus ojos. Feliz próximo año por adelantado, dije. Igualmente, respondió. Me separé por última vez.

Su rostro estaba próximo, nuestra confianza debía ser grande como para que me permitiese este momento. Ella sabía lo que sentía, pero disimulaba que no o prefería no pensar en ello (así como yo). Pero, en un par de segundos, flaqueé, y mi mente voló por las telarañas del hedonismo, tan rápido que cuando volví, sentí mareos. Pero con un supremo control y un balance de fuerzas que nunca me sabré explicar, no realicé ningún movimiento imprudente. Si puedes, busca en alguna página el significado de los besos, específicamente de los que se dan en la frente, pronuncié para no seguir volando. Antes me lo sabía de memoria, lo haré cuando tenga tiempo. En mi mente ni sabía lo que dirían las páginas, solo tenía un significado especial para mí.

Me despedí a la distancia y choqué con la realidad. El momento había pasado.

19 dic 2009

En la cabeza


-¿Recuerdas a esa chica que decías que siempre estaba en tu cabeza?
-Sí. Aún sigue dando vueltas...
-Entonces es hora que te la quites de la cabeza...
-...
-... y que la traigas a tu corazón.
-Aún no...

1 nov 2009

Cumpleaños Dieciocho

Son las dos de la mañana. Es mi cumpleaños. Recibí un llamado por celular de parte de una estimada amiga a las 00:00 horas y de mi hermano, quien estaba en pleno tono. Mi madre llegó de trabajar a la 1 am. y me deseó un feliz cumpleaños. Por mientras, me llegó un mensaje de texto de cierta amiga y llamé a una amiga íntima para que me saludase. Con ella coordiné para conversar por messenger y hasta hace 20 minutos estuvimos chateando de lo que sea. Al conectarme, recibí el saludo de mis dos amigos del colegio quienes parecían esperarme (nunca lo sabré). Ahora me siento solo. Necesitaba conversar con alguien pero escuchando la voz del otro, al menos por celular. Qué triste, estoy melancólico y sensible. No lo puedo evitar. Necesito... estar contento, es mi bendito cumpleaños 18.

21 oct 2009

Grabación


- Ya, vamos a chupar a ese tono, no quiero bailar. Está más aburrido que velorio.
- ¿Ron Cartavio? Más lacra... Oe china, hubiéramos comprado Barena.
- ¿Barena?
- O Cristal pes, Backus...
- ¿Cristal? Jajaja... Naa que ver, hay que tener un poco de level... Qué aburrido, ¿a qué hora te quitas?
- No sé, a las dos...
- Ya, vamos al tono lacra de Luis. Me he tenido que comprar un ron para sobrevivir.
- Oye mira, el señor no está dejando entrar.
- ¿No está dejando?
- No sé.
- Oe creo que mi hermana está por acá oe.
- ¿Sí? Porque también me pareció verla. A ver llámala.
- Oe fuera, que tienes con mi hermana. Lárgate idiota.
- Jajaja...
- Ya llegamos ahora sí, legal. Ya vamos a un rincón y...
- A chupar.
- Ahora sí, llegamos al tono. Habla, habla, hola...
- Dame contacto... dame contacto... Ay...
- ¡Ahí está la china!
- Esa china...
- Y tiene ron conchasumare...
- Oe ¿dónde está Veronica? Oe wevon lárgate mierda.
- ¿Qué dijiste?
- Ya china, pásate..
- Fuera oe... lárganse. No, mierda, ¡dejen!
- Oe pasa ¡borracha!
- ¡Borracha! ¡Borracha!
- Ya tomen, no jodan.
- ¡Eso china! Ala, qué rico...
- Habla Vero, por fin te encuentro ¿qué es de tu vida?
- Acá pues.
- ¿Y sigues con Fernandez?
- No ese ya fue pe.
- Por fin.
- ¡China cachera!
- Oe lárgate oe.
- Jajajaja...
- Oh... ya se termina...
- ¿Qué cosa china?
- La grabación...

19 sept 2009

Operaciones matemáticas

Una vez alguien me dijo que todo lo veía números...
"No lo creo"

Una vez me dijieron que tenía mente de filósofo...
"No lo sé"

En todo caso, soy un seudo-filósofo-matemático

***

Buscando por la red encontré algo curioso, y lo comporto por aquí.
Para reflexionar...

13 sept 2009

Corto


Podemos ser capaces de entendernos y conocernos de alguna manera u otra. Nos apreciamos. Nos ilusionamos cuando creemos entender al otro. Pero es solo apariencia, un pensamiento dañino. Una ilusión que nos conduce a la decepción.

Pensar vivir en un mundo donde las personas puedan tratar de entenderse y amarse los unos a los otros es posible, pero ese mundo es utópico, imposible. A pesar de ello, la intención se vuelve esperanza, un deseo de "buena fe" que se aleja de la "destrucción".

26 ago 2009

Noche con o sin estrellas

Extiendo mis alas bajo la noche.
Sonrío y despego con un simple impulso.
Sin esfuerzo puedo tocar las estrellas.
Puedo moverlas y entregártelas.

Si llegas,
si me alcanzas,
no te soltaré.

Puedo tocar las estrellas,
puedo acomodarlas y dártelas.
Puedo sonreír y darte la espalda.

La verdad de la mentira,
las lágrimas, las risas,
las manos que tocan el vacío.
Alas, viento, cielo,
estrellas, siluetas, ojos.

Si llegas,
si me alcanzas,
si me invades,
no te soltaré.

Despego desde las estrellas,
salto de sueño en sueño,
me acuesto con mi locura,
respiro en mi refugio,
me sonrío y te sonrío.

A las orillas de mis sueños,
en el umbral de la oscuridad,
desde lo más profundo,
baja una noche con o sin estrellas,
te veo, te sonrío, te extiendo mi mano.

22 ago 2009

Recuerdos de niño antes de empezar la función

Antes de la función de mi obra de teatro (una para niños), nuestra directora nos dispuso un ejercicio un tanto diferente. Mientras caminábamos con expresividad sobre el escenario, ella nos dio ideas y situaciones para que comenzáramos a revivir momentos de nuestro pasado, estábamos siendo introducidos a nuestra infancia y teníamos que recordar cómo nos comportábamos.

La directora nos propuso algunos momentos, como cuando jugábamos con nuestros amigos o hermanos (recordé y "actúe" mi propio yo de niño jugando a ser Gokú lanzando su Kame-kame-ha), cuando íbamos al baño (siendo niños), cuando lloramos como nunca (reviví aquella vez que mi madre preparó una torta que se supone ambos haríamos, por lo que hice un berrinche y boté el pastel al suelo, lo pisé y lloré), etc. Lo curioso es que no estaba solo, era un trabajo grupal y puede comprobar que había tenido una "mejor" infancia comparada con las situaciones que mis amigos y compañeros de trabajo revivían, eran... más trágicas.

Luego la directora nos indicó que siendo niños nos encontráramos y jugáramos a las escondidas. Yo, siguiendo mi comportamiento de niño, fui más reservado y un poco torpe, lento de reaccionar y pasivo. Los otros compañeros eran niños vitales, yo prefería leer antes que salir al recreo a jugar. Me sentía verdadero, me comportaba como yo era, y como creo que sigo siendo. Fue una experiencia interesante.

Finalmente, tuvimos que volver a la realidad lentamente. Uno de mis compañeros le costó y casi se pone melancólico luego del ejercicio, pero debíamos controlar nuestras emociones, esa era la idea. Comenzó la función y, gracias a diversos factores, nuestra obra para niños salió mucho mejor que el mismo estreno. Terminé contento y dispuesto a jugar más en escena.

12 ago 2009

¿Distractor?

Quiero escribir. Luego de varios meses me acomodo en mi asiento y vivazmente presiono cada tecla para formar palabras y frases, sin importarme si existe coherencias o no. Solo deseo escribir, escribir mientras mi mente se llena de ideas, sin saber de qué hablar o de qué reflexionar. Solo presiono las teclas, no me importa nada más...

[1]
Ella, mi compañera de acción, estaba echada, con sus brazos cubriendo sus ojos y al parecer con sueño. Estábamos solos, y esa actitud me sugería muchas cosas, pero quise ir lentamente. Le robé un beso, ella sonrió y solo me preguntó "¿qué has hecho?"
"Robarte un beso..." le contesté. Nos quedamos mirando, felices, y salí sin nada más que decir, contento por dentro y asombrado, realmente impresionado.

[2]
Comenzamos a fastidiarnos. Mientras nos reíamos, nos fuimos acercando e inevitablemente nuestros labios se juntaron. Quise continuar pero ella se apartó. Volví a la realidad y me di cuenta que estaba rodeado por compañeros... al parecer nadie se dio cuenta.

[3]
Al día siguiente y los demás no pasó absolutamente nada, no hicimos nada, no intentamos ni sugerimos nada. Conforme pasaba el tiempo más indiferente nos volvíamos. Hasta que nuestros saludos fueron gélidos y comencé a preocuparme. Hasta el día día seguimos siendo frios.

[4]
Es alucinante, no había vivido esto. Parece que solo hubiese sido un "choque", nada pasó aquí. No nos buscamos, no nos necesitamos, pero cuando hay ocasión, vivimos. Pero parece que no hay oportunidad ahora, ¿o ella ni le interesa?. ¿Y qué? No la deseo, no necesito sus besos, no... no quiero creer que la necesito. Necesito creer que esto es diferente, una justificación para creer que no estoy pasando algo que ya antes viví.

[5]
Tomalo con calma.
No pasó nada.
Sí pasó...
¿Te besé y te dejé? Jajajaja...
Hombre, prioriza...
Que no se vuelva... ¿un distractor?

16 jul 2009

Frases sueltas, para variar del amor


* Primero, aclaro que fui sarcástico con el título, en realidad casi siempre encuentro frases que me interesan y que son sobre el amor, por lo que las termino publicando. Esta vez son frases bastante sencillas, pero que importa...
* Aquí van:


No hay una base ética en las personas que se dejan llevar por sus pasiones.

La rutina mata el amor, no es novedad.

El amor es más que un sentimiento, es un proceso, un acto voluntario, un compromiso.

14 jul 2009

Curriculum


Aprovecharé las circunstancias y luego de haber leído y oído este poema más de cinco veces, lo coloco aquí, en este espacio diminuto en toda esta maraña cibernética del Internet. No me basta solo leerlo, obviamente. Su mensaje queda para cada uno. Así que le invito a todo aquel que llege aquí que lea estas líneas del conocido Mario Benedetti.


Curriculum

El cuento es muy sencillo
usted nace en su tiempo
contempla atribulado
el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
y el temerario insecto
que será pisoteado
por su zapato nuevo.

Usted sufre de veras
reclama por comida
y por deber ajeno
o acaso por rutina
llora limpio de culpas
benditas o malditas
hasta que llega el sueño
y lo descalifica.

Usted se transfigura
ama casi hasta el colmo
logra sentirse eterno
de tanto y tanto asombro
pero las esperanzas
no llegan al otoño
y el corazón profeta
se convierte en escombros.

Usted por fin aprende
y usa lo aprendido
para saber que el mundo
es como un laberinto
en sus momentos claves
infierno o paraíso
amor o desamparo
y siempre, siempre un lío.

Usted madura y busca
las señas del presente
los ritos del pasado
y hasta el futuro en ciernes
quizá se ha vuelto sabio
irremediablemente.


Y cuando nada falta
entonces usted muere.

Mario Benedetti

Y cuando nada falta, usted muere... ¿Será tan cierto eso? Me parece que eso sería lo ideal.

12 jul 2009

Escribir... escribir... escribir...

Una amiga mía me preguntó que si ya no escribía por falta de tiempo o porque no quería o porque ya no tenía qué escribir. Pensé en este blog y la verdad es que ya no escribía otra entrada luego de casi un mes. Lo curioso es que esta amiga sabe que escribo, pero estoy casi seguro que desconoce de este sitio en la web, o al menos eso quiero creer (las razones las reservo). Nunca le he mencionado de este espacio, al menos que alguien más...

La respuesta que le di fue simplemente que no tenía tiempo. Ni siquiera lo pensé. Ella luego de varios minutos (como suele pasar en nuestras conversaciones a solas) me dijo que entendía pero no entendía. Luego de otros minutos, dijo que entendía. ¿Tenía que decir algo? Como siempre, no dije más de lo necesario, como una estrategia para no recibir los comentarios filosos de mi amiga ante cualquier comentario que no le parece.

Ahora que estoy pensando en esto, me doy cuenta que la respuesta que di fue la correcta, pero no por el poco tiempo de ocio que ahora dispongo, sino por aquellas horas precisas cuando mi mente se llena de ideas y mis dedos deciden escribir en el teclado. Aunque siempre tengo ideas en la cabeza, no son necesariamente para escribir. En fin, ahora solo escribo no porque tengo mucho tiempo de ocio (al contrario, mañana entro a mis finales de la universidad), sino porque tengo ideas en la cabeza que ameritan ser escritas, y he encontrado este preciso momento para escribir y reflexionar sobre aquella pregunta que me hizo mi amiga.

Ahora, preocupado por las pocas horas que me quedan por estudiar, dejo de escribir. Hasta otra oportunidad, ya volveré a escribir.

15 jun 2009

Compañeros de acción



Vamos caminando bajo las filosas gotas de lluvia, y su viento acaricia nuestros rostros y ella me dice y yo le respondo y así...

- Hace frío...
- Eso se puede arreglar...
- No tengo encededor.
- (¿Fumar? ¡A eso no me refería! Me "cagó") Bueno...

***

- Soñé contigo. Qué miedo.
- ¿Fue una pesadilla?
- Jajaja, no. No seas entrometido.
- Bueno...

***

- Empezamos mal, ¿como vas a decir que desde tan antes?
- ¡Es cierto! Solo que...
- Ya, ya, continúa.
- Bueno...

***

-(...) No como esas parejas normales, que se ven y salen para solo besarse o conversar de cualquier tontería. Quisiera estar contigo produciendo algo, juntos desarrollando algo, pero juntos...

- Me gusta la idea. Entonces, seremos compañeros de acción.

***

- ¿Podemos hablar?
- Si lo dices así da miedo. Como si hubiese hecho algo malo.
- Seguro si sientes culpa es porque has hecho algo malo.
- No... no es eso... (Que astuta)
- Jajaja...

***

- Los abrazos que no se piden son mejores...
- Yo también lo necesitaba.
- Gracias, me haces sentir mejor.

***

- Es curioso porque nunca le he dicho que la quiero...
- ¿Lo crees necesario?
- No... simplemente lo sabemos, no necesitamos decirlo.

***

- No olvides que me debes una galleta....
- Que sean dos.
- Que sean muchas galletas.
- Chau.
- Cuidate.

Y nos despedimos extendiendo los brazos a lo lejos y con sonrisas que guardan secretos evidentes.

28 may 2009

Sexa *


-Papá…
-¿Hummm?
-¿Cómo es el femenino de sexo?
-¿Qué?
-El femenino de sexo.
-No tiene.
-¿Sexo no tiene femenino?
-No.
-¿Sólo hay sexo masculino?
-Sí. Es decir, no. Existen dos sexos. Masculino y femenino.
-¿Y cómo es el femenino de sexo?
-No tiene femenino. Sexo es siempre masculino.
-Pero tú mismo dijiste que hay sexo masculino y femenino.
-El sexo puede ser masculino o femenino. La palabra “sexo” es masculina. El sexo masculino, el sexo femenino.
-¿No debería ser “la sexa”?
-No.
-¿Por qué no?
-¡Porque no! ... Disculpa. Porque no. “Sexo” es siempre masculino.
-¿El sexo de la mujer es masculino?
-Sí. ¡No! El sexo de la mujer es femenino.
-Y ¿cómo es el femenino?
-Sexo también. Igual al del hombre.
-¿El sexo de la mujer es igual al del hombre?
-Sí. Es decir… Mira: hay sexo masculino y sexo femenino, ¿no es cierto?
-Sí.
-Son dos cosas diferentes.
-Entonces, ¿cómo es el femenino de sexo?
-Es igual al masculino.
-Pero, ¿no son diferentes?
-No. O, ¡sí! Pero la palabra es la misma. Cambia el sexo, pero no cambia la palabra.
-Pero entonces no cambia el sexo. Es siempre masculino.
-La palabra es masculina.
-No. “La palabra” es femenino. Si fuera masculino sería “el pal…”
-¡Basta! Vete a jugar.

El muchacho sale y la madre entra. El padre comenta:

-Tenemos que vigilar al chico…
-¿Por qué?
-Sólo piensa en gramática.

Luis Fernando Veríssimo.

* A Mâe do Freud (traducción de Andrea Diessler). Tomado de la publicación Brasil/Cultura editada por el Sector Cultural de la Embajada del Brasil en Buenos aires, año X, número 57, julio de 1968.

26 may 2009

Posián en oscuridate


Éramos solo lar y mo. Escatíamos apasiemes, nos areciamos a los doyos. Apriopenamos de la oscuridate y nos funjenamos aposínamente, nos kiseamos y sacenamos. Mis manos rojemaron su tura, la kiseé muchas, muchas veces. Cispiré su elentia y nuestros bioles quemaban. Mis manos coremanon a supar y batar por todo su fegare.

Lar suporaba, calemente. Le quité sus gargas, su yerla, tede. Lar hizo lo mer con mi riepa. Kiseé su diello, sus hiorges, sus sanis. Mi bioquella se deperaba, se enlameraba. Entre supioros, le decía "ta dofe, ta dofe", y ella contestaba: "ta dofe merate".

Mi lienda casió por tede su querpio. Lar era tan armiesa, tan gloraniesa, era onvielable. Mi querpio se acriecó al suyo. Lar ceró mi daxe, selamente y deperantemente. Tede era sacenos y kises. Finalmente, nuestros daxes se gomeraron. Era fantálecas, sulpliome. De pronto, tullimos que piklar: escuchábamos fotes alretore. Nos kiseamos por enéltima vez y nos ropeamos. Nos funjenamos y nos ritaramos de allí, ya era kesta y nos pojían descritir.

"Fue gloranesa, tenemos que rupotarlo", le dije cuando estábamos atera. "Mo no bero", me dijo entre piras y sonrielas. Le sionrié merate y le contesré: "ya preceremos, ya preceremos..."

24 may 2009

Rojo baloncesto dominical


-¿Jugamos una más? - dijo Adrián.
-Sí, pero hasta 15 no má', 'tamos cansados - contestó pesadamente Henry.
-Yap, vamos.

Eran las once de la mañana y el frío ayudaba a refrescar nuestros cuerpos calientes. Éramos diez amigos que, debido a nuestra poca práctica en el basket, ya nos sentíamos cansados. Algunos ya tenían que hacer otras cosas. Noelia tenía que hacer una monografía para la universidad y algunos trabajos extras. Jhon tenía que irse a otro distrito que queda a unas dos horas, pero decidió jugar un partido más con nosotros. Los equipos se escogieron de manera equilibrada, según las habilidades que sobresalían en cada uno.

Ya íbamos 13 a 12, ganábamos por poco. Este partido estaba convirtiéndose en el más entretenido debido a su equilibrado juego. En eso, el balón sale y uno de mi equipo va por la pelota, me da pase, corro unos pocos segundos y veo que alguien viene para quitarme la pelota. Ya estaba en la zona de ataque, así que avancé unos tres pasos y me detuve, sostuve el balón y observé el campo en pocos segundos. A partir de ese momento, todo ocurrió en cámara lenta y varias cosas al mismo tiempo.

Busqué con la mirada a Henry, el anotador y el más alto, venía hacia mí para que le dé pase. Los otros jugadores estaban marcados o estaban demasiado lejos. Tomé una decisión rápida, lancé el balón para que Henry lo cogiese, pero, para mi sorpresa, Jhon apareció por delante y saltó para tratar de cogerlo, estirando los brazos.

Ambos cuerpos y fuerzas chocaron, la cadera de Henry se golpeó contra los hombros de Jhon y su torax se inclinó para un costado, cayendo su codo casi contra los ojos de Jhon, quien giró su cabeza rápidamente para evitar el impacto. En ese instante, como una foto, pude ver como la expresión de Jhon me perturbó: tenía cerrado sus ojos, y sus dientes se tensaron fuertemente, como queriendo aguantar el daño.

Al instante, los dos cuerpos cayeron en direcciones opuestas, Henry gritó (posiblemente por su fama de "teatrero" -exageración-), mientras que Jhon solo terminó tumbado, con sus manos sobre su ojo derecho. Cuando me acerqué a él, pude notar una mancha roja oscura sobre el asfalto. Lo primero que dijo fue: "sabía que no debía quedarme, lo sabía". Se me formó un nudo en la garganta al oír esto. Un amigo gritó:

-¡Está sangrando!
-Compraré alcohol, agua y... ¡ya regreso! - exclamó Noelia. Su reacción rápida me sorprendió, porque ni siquiera sabía cuál y cuánto era el daño.

Por un momento pensé que su ojo se había salido o que su cabeza se había roto (ideas muy sádicas, pero que pasaron por mi mente). Todos los demás se aproximaron y al voltear a Jhon, notamos como su ojo derecho estaba cubierto por una capa roja, su sangre. Su mano comenzaba a mancharse debido a que cubría su ceja por reflejo, donde la piel se había perdido por la fricción que tuvo con aquel codo de Henry. Luego, todo lo que siguió fue rápido.

Corrí hasta mi mochila a traer agua bebible para limpiarle la sangre; Noelia llegó con alcohol, que no se usó al final; y la toalla que le prestó mi hermano detuvo la salida de sangre un rato. Lo levantamos, lo limpiamos, hablamos, nos disculpamos, le dijimos que vaya a la casa de Henry, que lo atenderíamos, le daríamos una gasa, que le daríamos agua oxigenada, etc. Pero él debía irse rápido, así que, con la toalla en mano, tomó un carro que venía y se fue, a los diez minutos, dejándonos con una culpa agria, pegajosa, grupal.

Entre nosotros hicimos mea culpa, yo porque di el pase, Henry porque lo golpeó, Adrián que fue el de la idea de seguir jugando, y los demás por jugar un último partido. Pero no ganábamos nada buscando culpables, así que decidimos llamarlo a cada rato para ver si estaba bien, y de pasada para que no se duerma ya que podría quedar inconciente.

Ahora que estoy en mi casa, he tratado de llamarle, pero no contesta. A la tercera ya tenía apagado su celular, seguro cansado que lo llamemos. Solo me queda esperar que se mejore, que no esté resentido (lo dudo). Por mi parte siento que no debí dar aquel pase, pero las cosas ya están hechas.

Suerte compañero, que te mejores, y lo siento (aunque ya se lo dije).

16 may 2009

Conociendo a la chica de apariencia tranquila

En la universidad, uno puede conocer cada tipo de persona, y eso es tan interesante que hasta yo, que soy poco sociable, me aventuro a hacer. Algo así me pasó un martes pasado.

Habíamos acabo la clase de Programación. Mi amigo se fue rápido y yo debía "hacer hora" (exactamente eran tres horas) para arreglar algunos trámites, y no sabía qué hacer. Tenía trabajos y tareas, pero no había traído los materiales suficientes. Entonces me había resignado a "vagar", algo que no suelo hacer.

En eso, veo a una compañera de clases (por cuestiones del relato la llamaré Denisia). Es una chica simpática, usa lentes y siempre lleva el cabello negro recogido. Denisia aparenta ser serena y tranquila... Me resultaba familiar. Aunque, para ser sincero, diría que de alguna manera yo me veía reflejado en ella, como mi versión femenina, como el reflejo de mi persona. ¿Hasta qué punto eso era cierto?

Me picaba la curiosidad, así que me acerqué a ella, preguntándole qué haría ahora que las clases se terminaron y ya no había más por ese día. Denisia me dijo que esperaría a una amiga, por lo que la invité a compartir unas cuantas horas juntos. Creo que la idea le gustó más de lo que creía. Primero fuimos a la biblioteca de la universidad, o llamado también Centro de Información. Luego de aburrirnos hojeando algunos libros para su investigación, salimos de allí y nos sentamos en unas bancas. Era lo que estaba esperando.

Comenzamos a conversar sobre nuestro pasado inmediato, dónde habíamos estudiado, por qué elegimos esta universidad, por qué esta carrera, etc. Al final, terminamos hablando del colegio y los amigos. Ella estudió en un colegio de puras mujeres (algo poco usual para estos tiempos) y me confesó no tener ningún amigo hombre. Eso me resulto extraño, pero coquetamente le dije que entonces sería su "primer amigo hombre".

Seguimos conversando de nuestros gustos, fue inevitable no hablarle que me gusta la actuación y el teatro. Cada cosa que ella iba descubriendo de mí la sorprendía más, hasta me dijo que era una caja de sorpresas y que no parecía que fuera alguien que le gusta el teatro o cosas dinámicas. Confesé que podría ser tranquilo, o aparentar serlo, pero que en el fondo no lo era. Ella realizó la misma confesión y ambos nos guardamos la sonrisa del otro como un secreto, o tal vez como una insinuación.

Sin darme cuenta, el tiempo pasó volando y ya debía hacer los trámites. Ella también iba a buscar a su amiga. Me despedí de Denisia con bastante gusto y agrado. Teníamos algunas cosas en común, más que nada nuestras personalidades, pero en los gustos (leer, escribir, teatro, etc.) no tanto como creía. A ella le gustaban más los números (por algo estudiaba Ingeniería) y a mí más las letras (y eso que también estoy en su misma facultad).

Al día siguiente, y el resto de la semana, nos dedicamos varias miradas escurridizas y cargadas de sonrisas, hasta el punto que sus amigas comenzaron a fastidiarla. De alguna manera eso me gustaba.

El viernes, último día antes de no vernos hasta el lunes, yo entraba al salón y ella estaba en la primera fila. Denisia me miró de una manera algo diferente, como si le provocase reírse (¿de mí?), tanto así que me tropecé con unn mochila que estaba tirada en el suelo y casi me caigo sobre una chica. Estaba sonrojado por el "roche". Me senté al fondo y volví a verla, ella me miraba y se ría suavemente. No sabía lo que esa mirada suya pretendía significar, o al menos no quería imaginarme mucho.

Al final del día, tenía que irme rápido por otros compromisos, así que poco pude hablar con ella. Denisia es interesante, es simpática, me cae bien, es inteligente y aparenta ser seria (cuando según ella no lo es). Me gustaría conocerla más, y eso me propongo hacer.

9 may 2009

En pocos segundos

Me gusta caminar, estar activo. Por eso, casi siempre, me levanto muy temprano. Para llegar a mi universidad, usualmente debería tomar dos carros, pero yo prefiero tomar uno solo, ya que el segundo transporte solo demora unos diez minutos. Para eso, salgo con una hora y media de anticipación. De esta manera, al llegar a un punto, bajo un puente y camino la distancia faltante, la cual es recorrida por algunas “combis” que dejan directamente a los estudiantes. Si estoy a tiempo, camino unos 20 minutos hasta mi destino, sin apuro.

En la universidad es igual, uso escaleras antes de ascensores. Recuerdo ahora una anécdota que puede no ser tan interesante. Pero en fin, es lo que se me ocurre por el momento. Aquella vez, decidí variar un poco e ingresé a un ascensor. No es que sea claustrofóbico; como ya escribí antes, prefiero moverme antes que esperar algo.


El ascensor solo permitía a 18 personas con peso promedio de 70 Kg. Sonreí para mí, cumplía con el requisito. Estaba apoyado en una esquina, con mi mochila aplastada por mi cuerpo. Estaba solo. Hace solo 5 segundos que las puertas del ascensor se habían cerrado. Ya estaba marcado el botón que indicaba que iría al piso número diez. Sentí como las cuerdas y otros mecanismos se movían para elevar la caja metálica, de unos dos metros cuadrados, por enésima vez.

Luego de unos cinco segundos, el ascensor se detuvo. Las puertas se deslizaron y delante de mí aparecieron dos chicas de tez clara. Una tenía cabello rubio y ondulado, ojos claros y gruesos labios que se encogían y estiraban mientras hablaba con su compañera. Esta era más pequeña, con negro cabello lacio y un polo rojo bastante ajustado, resaltando su figura y pechos. Ambas eran realmente simpáticas.

Ingresaron al ascensor y la primera no se dio cuenta de mi existencia. La segunda solo me observó por un segundo, me sonrió y siguió conversando con la rubia. Ellas estaban a tan solo unos pocos centímetros de mí y eso era algo inquietante. Hablaban de las clases más aburridas cuando, de pronto, comenzaron a hablar de un tal Franz, quien, al parecer, se había ganado fama de casanova indiscreto.

Era impresionante lo rápido que hablaban y movían sus lenguas, la rapidez con que fluían sus ideas, todo en menos de 30 segundos. Tiempo suficiente para que el ascensor llegase al décimo piso. Tuve que salir, había llegado a mi destino.

Avancé por un lado y volteé antes que se cerraran las puertas automáticas. Por ese breve segundo, me aluciné un actor de cine en plena escena romántica ("amor a primera vista"). La chica de pelo negro no me miró siquiera, como yo creía que haría. Salí algo decepcionado, y ya no me sentía más parte de esa escena. Luego, mientras caminaba entre los estantes de libros, me percaté de las cosas lujuriosas que podrían haber pasado. Hombre.

Yo solía subir las escaleras, pero creo que puedo variar. Me podría cruzar con alguna fémina mientras una máquina me ahorra el trabajo de escalar peldaños, y quién sabe qué cosas podrían pasar…

Ja. Ni yo me lo creo, nunca pasaría tales cosas que mi propia imaginación me sugiere. Prefiero las escaleras, es mejor, así que... a moverse.

21 abr 2009

Ruptura virtual

Eran las 10 de la noche. Mi compañera virtual (o amiga cariñosa) se había despedido de mí, con un ultimo adiós. Nunca nos vimos y la distancia nos mató, o al menos a mí sí. ¿Hasta que punto esto era previsible? ¿Estaba en mis planes? No tengo idea de lo mal que puede estar ella ahora, pero creo que ha sido lo más sensato. Ya no aguantaba seguir así. ¿Hice bien? ¿Seré tentado a “volver”? ¿Qué debo hacer ahora?

Hoy hablé con dos personas que me llenaron de "valentía" para cortar la relación que llevaba con ella. La primera fue con mi mejor amiga. La visité hoy, apenas saliendo de su colegio. Hablamos de varias cosas y no pude evitar mencionar a mi amiga cariñosa. Me di cuenta de cómo me refería a ella y lo poco tierno que era. Me sentía más frívolo que nunca y eso me fastidió. No entendía qué me pasaba, solo hablaba de ella como una amiga más. No me sentía bien.

Le pregunté a mi amiga lo que opinaba, y qué debería hacer. Ella solo dijo que si me sentía bien, que siguiera. Si no, mejor aclarar las cosas. Con esa idea me fui pensativo pero feliz de haber hablado con ella. ¿Estaba todo bien? Creo que no, el cariño mental que tenía con mi amiga cariñosa estaba flaqueando.

Más tarde conversé con otra "amiga", en realidad es la confidente de mi compañera virtual. La conversación fue por MSN. Me comentó lo mal que estaba su amiga por mi actitudes y poco cariño. Al parecer mis desequilibrios emocionales le afectaron. ¿Qué podía hacer? No la tenía cerca, no la sentía. Era desesperante.

Las palabras de mi mejor amiga creo que llevan razón de ser: El hecho de comenzar una relación vía Messenger, no es más que un intento de ella, es algo más frívolo, no hay calor, todo se imagina. Me gustaría desvanecerme y aparecer una vez más sentado sobre la cama de mi compañera virtual, mirarla y decirle que la quiero, en nuestra realidad, abrazarla y sentirla, todo en mi mente.

Esa realidad se resquebraja ahora, y no puedo detenerlo. ¿La quiero? Ya ni sé que pensar. Me siento mal, triste, con ganas de arrepentirme. Pero debo ser fuerte. Al fin y al cabo una relación a distancia... ¿hasta cuando duraría? No se puede, es complicado. Solo me queda decirle: adiós (con todo el dolor que pueda producir en estos instantes). Amén.

10 abr 2009

First week at University


Hace ya unas semanas que no me dedicaba unos minutos a este espacio. Ayer, Jueves Santo, conversaba con una amiga que me "recordó" este blog. La verdad que lo había descuidado, y mucho. Pero no se me "antojaba" escribir. Tal vez era por el poco tiempo o las actividades que consumían mis pensamientos, qué sé yo.

Ahora no tengo nada predispuesto. Solo tecleo mientras despejo mi mente de las fórmulas matemáticas que exigen en mi ciclo de estudios. Y recordando eso, mi vida universitaria me abrió sus puertas el lunes 30 de marzo. Interesante, ya tengo un tema de qué escribir.

Tengo una ventaja-desventaja. En mi ciclo, estudio con un amigo del colegio. Lo bueno es que lo conozco y podemos hablar. Además, él es más sociable que yo y eso facilita contactar con otros. Lo malo es justo eso, él hace lo que yo debería hacer, mejorar mi sociabilidad. Pero en fin, al menos ya no solo con él me hablo.

Me levanté muy temprano, despejado pero con sueño, como a las 5:30 am. Me bañé y desayuné tranquilo. Antes de irme, cogí mi mochila ligera y mi papá se despidió de mí. Lo sentía emocionado, tal vez más que yo. Mi madre y mi hermano aún dormían.

Salí de mi casa y el cielo era gris con puntos amarillos. Cogí el primer carro que me llevaba hasta mi universidad. Tuve que luchar por un sitio en esa masa compacta de pasajeros parados y soñolientos. Creo haberme dormido de pie, recostando mi cabeza sobre esos tubos de metal que están sobre las ventanas y que sirven para no caernos (pasamanos).

Llegué más que puntual. Ubiqué mi salón y me senté sobre las escaleras, al igual que otros chicos con cara de sueño (como yo), y esperé. No vi a mi amigo del colegio hasta más tarde. Las clases comenzaron ocho de la mañana, con "Programación" (teoría). Llevo cinco cursos, dos de mi carrera (Ingienería de Sistemas de Información).

La "profe" se apellida Hilda y parece tener la edad de mi padre. Llega a tener clases muy monotonas y aburridas, pero es un curso que me fascina y eso compensa. En general, me gustan los cursos y me siento muy bien. Las personas son agradables y por ahora no he tenido que molestarme. Tengo algunos compañeros con quienes converso en los cambios de hora y voy conociendo.

El lunes acabé a la una y al llegar a mi casa, conversé por MSN con mi "amigacariñosa" que comenté hace algunos posts. Le conté que tal me fue y todo al respecto. Es una enamorada a distancia, dificil relación, pero allí vamos.

Los días siguientes pasaron tranquilos y con expectativas que se cumplieron a medias. El jueves de esa primera semana terminé a las 10 de la mañana y "sorprendí" a Musa, tocando su puerta luego de que haya acabado sus clases (1 pm). Conversamos largo rato (más que nada sobre nuestros gustos y la universidad) y me sentí muy bien (recargado). Luego, bajando a mi casa, me crucé con otra amiga y también conversé con ella.

Pero bueno, los ánimos de la primera semana ya se acabaron y ahora estoy con harta tarea por resolver, aunque facil, pero la cantidad desanima mucho, y lo que molesta más es que sea esta semana de relajo, supuestamente.

Termino esta nueva entrada al blog saludando a mi "amiga cariñosa", quien se mantiene aún a mi lado (y eso que no nos hemos visto aún). Gracias (tengo que admitir que el cierre fue improvisado, al igual que todo lo escrito aquí).

21 mar 2009

Lluvia negra


La noche húmeda cubre los edificios grises, las calles negras y tus labios rojos. Te veo caminando con cuidado bajo la lluvia. Tu rostro triste me recuerda lo mucho que te hago falta y eso me entristece también. Pero yo estoy aquí, siguiéndote, quiero pedirte perdón. Pero parece que no has sentido mis pasos, no me oyes y yo voy detrás de ti.

Das la vuelta en una esquina, apresuras el paso. Ingresas a una calle aún más oscura, ¿un atajo acaso? Debes llegar a otro lugar, tengo que alcanzarte, es ahora o nunca. Espera, alguien viene. ¿Qué quiere? Que se aleje del camino, necesito este momento para hablar contigo.

¿Qué intenta hacer? Esto no me gusta, el tipo va hacia ella y no piensa salirse del camino, debo alcanzarla...

¡¿Pero qué?! Está tratando de quitarle su bolso, no puede ser, debo correr.

Llego a la justas, pero con todo el alboroto, no logro decirle quién soy. Tengo que botar a ese desgraciado. Amor, ¿qué haces? ¡Suelta tu bolso! ¡Deja que me encargue de esto!

Maldita sea, el tipo es fuerte, mis golpes no pueden hacer que se aparte.

Vamos, ¡suelta! Amor, ¡¡apartate por favor!! ¡Suelta el bolso!

Todo sucede rápido, ninguno de los dos suelta el bolso. Trato de separarlos, no hay otra solución, pero... mi amor, ¿por qué no sueltas tu bolso? Ni siquiera te das cuenta que trato de ayudarte. Esto tiene que acabar, de una vez.

Y termina, el desgraciado se va corriendo con el bolso, sin dejar de ver a mi amada. Pero su cara, su cara no me gusta, parece que algo salió mal, algo que no tenía planeado. El tipo se aparta de mi visión y se pierde en la eternidad de la noche.

Mi cuerpo tiembla por la adrenalina.

Amor, ¿estás bien?

¿Amor?

Volteo a verla. No puede ser... está en el suelo. Está herida. Lastimada, mi amor, está sangrando.

Amor... ¡responde!

Me arrodillo y la sujeto entre mis brazos. Necesita ayuda. ¡Esto no deberia de estar sucediendo!

Amor, no puede estar pasando esto... ¡No puede! ¡¡Noooo!!

La lluvia sigue cayendo sobre mis hombros y sobre la línea delgada y escarlata. Las gotas se confunden con mis ojos húmedos.

Amor, abre los ojos, ábrelos... ¿Amor?

¿Eres tu?

Así es, soy yo...

¿Por qué me abandonaste?

No lo hice... estoy aquí... por ti...

Por fin, nos abrazamos, sintiendo cómo la lluvia se convierte en testigo de lo que sucede en esta noche negra, lluviosa y solitaria.

Quiero irme contigo... quiero estar contigo...

Sí, mi amor... ven conmigo... ya no me extrañarás más...

Logro que se levante con mucha dificultad. Me mira y sonríe. Sigue lloviendo. La gente comienza a aparecer, personas curiosas. Pero no importa nada. Este es nuestro momento, nuestra realidad.

Cariño, toma mi mano y salgamos de aquí. Vamos hacia el final...

Así, bajo la lluvia, logramos salir de las miradas curiosas.

Las gotas del cielo comienzan a lavar la sangre, a expandirlas por toda la calle solitaria. Aún el cuerpo yace sobre la acera, con una sonrisa.

Amor, al fin podemos irnos. Al fin estamos juntos, al fin los dos, como uno solo, un alma.

20 mar 2009

Recuerdos oxidados

Estaba a punto de acostarme, pero una inexplicable curiosidad me picó y terminé revisando mensajes del pasado, ya sea de mi correo o de mi celular. Debí haber borrado todo eso, pero no lo hice justo para una situación como la que vivía en ese instante. Creo que deseaba este momento, revivir viejos textos, antiguas anécdotas y mensajes melosos y empalagosos (llenos de cariño). Pensé que dolería, pero no fue así. Leía con orgullo, meditando y sonriendo a cada momento. Pensaba: "Esos tiempos..."

Fue placentero, divertido y muy emotivo, pero con poca añoranza (que vuelva a repetirse lo que viví con la misma persona no era ya un deseo profundo). Obviamente, luego de revivir tantas cosas, trajo sus consecuencias en mi descanso nocturno.

Alucinaba que mi pasado parecía la muerte que regresaba con una hoz para rasgar la capa que cubría mi estado emocional. La hoz cortó todo lo que pudo, hiriendo también mis emociones, pero yo logré salir intacto, aunque sintiéndome impávido. El pasado se asustó y desapareció ante tal frivolidad. No me inmuté, yo estaba allí parado, sin sentir nada.

¿Soy ahora impávido? No lo creo.

*~*~*

Lo que no puedo hacer:

No podré recostar mi cabeza sobre tu pecho.
No podré deleitarme con tus besos.
No podré juntar tus manos con las mías
(porque si lo hiciera, no te dejaría).

12 mar 2009

Amor Cibernético (Relación a distancia prudente)


Qué lindo volver a enamorarse. Veo una vez más todo positivo, permanezco feliz a cada momento (aunque a veces de manera muy exagerada), me encuentro muy inspirado, pienso permanentemente en alguien (¡al fin!) y me siento algo jubiloso. Pero, como ando en mi etapa "Suerte en contra", la dueña de mis pensamientos vive a más de 45 km de mí. No será mucho (aparentemente) pero somos algo jóvenes y aún dependemos de nuestros padres. Estos obstáculos tal vez alimentan más nuestra pasión y nuestros deseos.

Si vive tan lejos, ¿cómo la conocí? Gracias a la tecnología, exactamente por un juego en internet. Desde el principio me pareció una chica interesante y como jugando llegamos a conversaciones por MSN. Su audacia, inteligencia y gustos por la lectura me atrayeron aún más.

Pero, conciente de mi situación y de los peligros que llevaba conocer a alguien de esta manera, me dediqué a leer. Este fue uno de los artículos más interesantes:

Actualmente, vivimos en una revolución tecnológica y al parecer esto no parará. Pero el problema de esta revolución comenzó hace ya tiempo: El hombre moderno, rodeado constantemente de los distintos inventos, ya sea celular, Internet o MSN, comienza a confundir las verdaderas relaciones humanas y cambiar sus métodos de sociabilización.

Es probable que algunos se hayan podido conocer por Internet y que incluso hayan logrado concretar una relación satisfactoria, pero también existen muchos que han sido engañados y estafados. Porque un medio como el Internet se presta al engaño y a la falsedad. [...]

En estos casos, una vez que se ha producido un contacto aceptable, una buena forma de evitar ser engañado y de no perder el tiempo, es acelerar la concertación de una cita para conocerse personalmente.


Si el interlocutor o interlocutora se empeñan en postergarla y no se definen en un plazo más o menos breve, es probable que se trate de farsantes que sólo se están divirtiendo. Estas desilusiones suelen afectar a los jóvenes casi tanto como la pérdida de una relación real, porque los seres humanos tendemos a construir castillos en el aire y a aferrarnos a ideales.

Aunque aún proceso la realidad, llevo hace algunos días una relación algo peculiar (en mi caso, pero muy común en estos tiempos) con mi nueva inspiración. Pero nunca la he visto. Al parecer, ambos estamos siendo sinceros, y dudo que haya alguna estafa. Pero uno nunca sabe. Como me dijo ella: nada esta dicho, hasta que nos veamos.

Ahora estamos en la búsqueda de algún encuentro (obviamente muy corto y que nos impulsará a vernos más veces) con el permiso de nuestros padres, pero sin que se enteren de mucho. Buscamos un punto en común, pero personalmente no me importa recorrer todo Lima para llegar a ella (en dos horas).

Ay, el amor, que me motiva a tantas cosas, incluso ir hasta ella, sin importarme nada. Como dice una canción, la distancia a la mierda. Nuestra juventud nos da muchas alas, pero a la vez la edad impide hacer todo lo que quisiéramos. Tenemos algunos obstáculos y nuestra disposición a llevar una relación... ¿a distancia?

*~*~*

N dice:
¿Qué somos?

Z dice:
Amigos muy cariñosos.

N dice:
Creo que demasiados cariñosos.

Z dice:
¿Qué piensas?

N dice:
Verte.

Z dice:
Pero vivimos muy lejos...

N dice:
Te prometo que nos veremos.

Z envía un guiño:

Reproducir "Beso"

8 mar 2009

¿No te importa lo que los demás piensen de ti?

- ¿Acaso no te importa que los demás piensen que aún quieres conmigo?
- ¿Eso crees que yo quiero?
- No.
- Entonces...

- Sé que te gusta hablar conmigo...
- Eso me basta. Con tal que tú tengas claro lo que siento y pienso de ti me importa poco lo que piensen los demás.

*·*·*·*·*·*·*

No me importa lo que piensen de mí, pero sí me importa. Esta contradictoria idea ha permanecido en mí hace tiempo. Suelo ser crítico, pero me gusta ser criticado, siempre con fundamento. Si no es así, no escucho lo que digan de mí, ¿para qué hacerlo? No lleva a nada constructivo.
Sobre lo que piensen los demás de uno, existen algunos tipos de personas.

Siempre están aquellas que hablan a espaldas de otros. No sé si he estado en boca de ellos, pero no me importa. Pienso que este tipo de conductas no ayudan en nada. Suele ser muy común que estas personas sean hipócritas con aquella gente que le gusta mencionar de manera negativa. Dicen que cuando hablan de otro, el protagonista de esas conversaciones suele tener sonrojada sus orejas (o al menos siente cierta comezón). ¿Será cierto eso?

Por otro lado, existen personas que sacan conclusiones muy rápido con ciertas acciones. No se preocupan en indagar más, prefieren tener esa idea, la cual puede ser, a veces, errónea. Tal vez piensan que solo un acto define a alguien. Pero en realidad, todos nos manejamos en una dualidad. Todos somos buenos y malos.

Con el tiempo, he aprendido a apreciar (y hasta respetar) a las personas que recalcan mis defectos, o que mencionan qué cosas "debería" hacer. Ellos son lo que me motivan a mejorar. Desde aquí, gracias a todos ellos.

1 mar 2009

Amigos peculiares


A veces pienso que haber tenido una relación con ella solo fue un modo diferente de conocerla. Y creo que por eso ella es la persona a quien más conozco.

Prometí verla a las 4 de la tarde. Sabía que en su casa estarían su prima (una niña) y su madre. Pero no me importaba, necesitaba hablar con ella. Así que apenas pude, salí de mi casa lo más rápido posible.

Llegué y toqué. La puerta se abrió y la vi detrás como si fuese en cámara lenta. Aunque sabía lo que vería, su imagen me resultó agradable y motivadora. Ella apenas me saludó y me dijo que pasara. Ambos queríamos hablar de muchas cosas y esa necesidad mutua me hacía sentir bastante animado.

Entré y me sentí nuevamente como en casa. Reconocí el aire familiar de su sala; los sofás exactamente en los mismos lugares que hace ya varios años; los cuadros en su mismo sitio; la mesa en el fondo con algún libro o lapicero encima; los muebles, repisas y cajones de idéntica manera como lo recordaba. Todo estaba como siempre, todo en su mismo sitio.

“Nada como regresar al hogar”, pensé para mí, mientras con la mirada recorría los cuadros, ventanas y adornos que tantas veces había visto. Algunas piezas del recinto se habían movido, pero era casi imperceptible. En general, todo seguía igual. Claro, menos la situación.

Ella se sentó en el sofá para uno. Sabia decisión. Yo me acomodé en la de tres, estando ella a mi lado derecho-adelante. Tenía mi mochila con un libro y un cuaderno de apuntes. Tenía cierta idea de lo que le diría. Así que saqué el libro y se lo mostré.

- Te traje este libro, para que lo leas. Tal vez te guste...
- Gracias, justo necesitaba leer algo, hace tiempo que no lo hago.

Sonreí. Había acertado, fue una buena idea. Luego, continué describiendo mi situación actual, mis problemas, mis dilemas y conflictos. Ella me oía. Éramos amigos, amigos peculiares, tomando en cuenta lo que antes había pasado. Luego le pedí que ella hablase y así seguimos intercambiando recuerdos, ideas, anécdotas de cada uno, y algunas indirectas (propinadas más que nada por mí) sobre nuestro mutuo pasado. Esos momentos eran especiales y predecibles. Ambos sonreíamos y recordabamos momentos que habíamos vivido.

Así seguimos hasta que su prima dijo que quería irse y mi amiga, con su mamá, debían llevarla a su casa. Ni modo. El tiempo se me había acabado, había dicho lo que quería y había oído lo que ella quería que sepa. Me enteré de varias cosas, algunas de momentos pasados que siempre quise saber.

Salí contento, hasta dichoso diría. Me había hecho feliz. Había pasado unas dos o tres horas con ella de lo más tranquilo posible. Habíamos conversado como amigos, algo que yo creía difícil. Ella me lo había permitido y, particularmente, me sentía genial que hubiese sucedido.

A veces creo que haber estado con ella solo fue un modo diferente de conocerla. Y creo que por eso, y por otras cosas más, es que le dije, entre tantos comentarios, que era la persona a quien más conocía. Ella me dijo que yo era la segunda persona que más conocía, la primera era su amiga. Le pregunté por qué y contestó "porque somos mujeres". Genial, al menos soy el hombre que más conoce.

Me siento bien así, siendo su amigo. Disfruto esta nueva etapa. Es bastante interesante y diferente. Mi cariño lo hace aún más atrayente y especial, su cariño lo convierte en algo sublime, el afecto (hasta cierto grado mutuo) es increíble, aún me cuesta entenderlo y reconocerlo. Se siente bien, muy bien. Es grandioso.

27 feb 2009

Ruta nueva, fuente nueva

Mi mente piensa muchas cosas. Mi mente está muy conflictuada. Dentro, parece que existieran duendecillos que intentan construir laberintos (más de los que ya tengo) y cada martillazo genera nuevos pensamientos, nuevos conflictos, problemas, circustancias pocas agradables. Son viles, no tienen ninguna consideración conmigo. Rara vez descansan, porque hasta en mis sueños siguen trabajando en un nuevo laberinto.

Todo esto resultaba agobiante en un principio. Necesitaba un respiro, una ayuda. Por eso busqué a Musa y hablé con ella. Fue bastante acertado haberlo hecho. Luego, hablé con una amiga de mi colegio y también me apoyó muchísimo. Y, finalmente, y para mejorar aún las cosas, encontré un nuevo apoyo. Aunque en realidad es más que eso... es una fuente nueva de inspiración. Eso es bastante bueno. Aunque en realidad es más que eso... es excepcional, increíble, genial.

Se trata de una nueva amiga que conocí hace poco, pero solo por MSN. Es muy astuta, cariñosa, diferente y sencilla. Me gusta y ella lo sabe. Pero hay un gran problema: la distancia, creo que es el principal obstáculo. Mientras yo vivo al extremo sur de mi ciudad, ella vive en otra ciudad, al extremo norte. Maldita suerte...

Pero gracias a su cariño, es que puedo sentirme mejor. Me cuesta no pensar en ella. En realidad, me gusta recordarla. Y siempre veo un encuentro imaginario entre nosotros, como si algún día fuese a pasar.

******

No he podido escribir porque no me sentía muy inspirado, otra veces trataba pero no lograba generar ninguna idea. Musa, musa... ¿qué pasa? ¿por qué no me llenas de ideas? No creo que sea algo malo... creo que se debe a que la veo más seguido y puedo hablar con ella en vez de escribir, y a ella le gusta que haga eso. Le gusta conversar conmigo y esa idea siempre me agrada. Aprovecho cada minuto que puedo con ella, porque luego... ya no la veré tan seguido.

******

Gracias amiga cariñosa del MSN, gracias por tu cariño, por tu comprensión, por tu atención y por la inspiración que me produces. Muchas gracias.

Musa, también miles de gracias por no haberte alejado de mí. Gracias por recibirme cada vez que lo necesito y gracias por aguantarme.

Luego escribiré más... de nuevo me siento inspirado. Me siento mejor.

16 feb 2009

Las mujeres sobre los hombres


Antes de escribir, aclaro que soy un hombre, orgulloso y arrepentido a la vez de serlo. Mis propias experiencias y lo que la sociedad y los medios de comunicación han llegado a mí sobre lo que debería ser un hombre es decepcionante. Pero me gusta ser hombre, hace que las mujeres me resulten más interesantes, lo que me lleva a querer conocer a cada chica que me resulte inteligente y con fines a mis gustos (lo cual es muy difícil de encontrar, pero existen).

Las mujeres son más interesantes que los hombres. Tienen más cosas, más detalles que un hombre corriente nunca vivirá. No solo eso, tienen una fuerza superior a los hombres. Ellas deciden todo, nosotros solo preguntamos, y eso se intesifica más cuando queremos formar alguna relación con ellas.

Preguntas típicas: ¿Quieres estar conmigo? ¿Quieres hacerlo? ¿Puedes dejar de hacer eso? ¿Te casas conmigo? Preguntas, preguntas... ¿por qué el hombre debe ser así?¿Acaso ellas no podrían preguntarnos si quisieran estar con nosotros? ¿Qué hemos hecho para terminar en estas situaciones tan embarazosas?

Nosotros no escogemos a nuestras futuras novias, son ellas quienes nos encogen. Creemos que las mujeres dependen de nosotros emocionalmente, pero eso, muchas veces, es mentira. En realidad, depende bastante del caracter de cada mujer.
Actualmente, estoy seguro que son pocas las que ven todo como si algún día llegara su príncipe azul. Ahora, las mujeres son más realistas y ultimamente (aunque también puede ser desde siempre) ellas saben el poder que tienen sobre nosotros, los hombres. Y saben como aprovecharse de las ocasiones y momentos. Ellas pueden llegar a ser más frías que nosotros inclusive.

Las mujeres son exquisitas, tienen más cosas interesantes que un hombre. Poseen características únicas propias de su fisiología, como la dolorosa (y luego consecutiva) visita al mes (mestruación). También su capacidad de poder albergar una vida dentro de su propio vientre. Su gran poder sobre nosotros, su resistencia (emocional e inclusive física), su facilidad por demostrar sus emociones exteriormente, sus detalles, sus gestos, su manera de manejarse en los entornos que les toca vivir, etc. Es una lista algo larga e interesante.

En cambio, los hombres somos más sencillos, más practicos, justo como nuestra forma de vestirnos. No dedicamos mucho tiempo a nuestra presencia (y si lo hacemos, nos llaman, narcisos, metrosexuales o hasta maricones, si se exagera). Por eso, aparentemente no nos importa. Confiamos en nosotros mismos, en nuestro poder de seducción (si se refiere a conquistas). Pero, ¿quien conquista a quien?

A veces (de manera muy fría) veo a los hombres como personas brutas y sentimentales que ocultan sus debilidades con armaduras y conductas llamativas. Solo hacen el ridiculo. De tanto preguntón que un hombre puede ser (demostrando falsa caballerosidad, encubriendo verdaderos deseos), surgen los "casanovas" que pican cada flor que ven, seduciendo a cualquier mujer "apetitosa" para luego huir de la escena del crimen. Ellos son inteligentes, y hasta sinceros. ¿Quieres divertirte esta noche? Listo, ¿para qué fingir una relación? Son directos, hasta inteligentes, pero frívolos, son animales sexuales, nada más.

En realidad, soy algo pesimista sobre los hombres. Lo único bueno es nuestra ligera forma de vivir. Por lo demás, los estereotipos de hombres son muy vanales y grotescos. ¿Qué es ser un verdadero hombre masculino? ¿Un animal? ¿Un despreocupado de la vida? ¿Un tonto preguntón? ¿Un dependiente de las mujeres? ¿Un solitario? ¿Qué es?

3 feb 2009

Ideas sueltas 3

Tengo la sensacion de que si me quedo mucho más tiempo a tu lado, acabaré odiándote...

"El objetivo de la vida no es ganar sino explorar"

Ten el valor de correr riesgos. Eres inmortal. Nadie puede hacerte daño.

»El orgullo es un obstáculo para el perdón, una manifestación del ego, que es el yo falso y transitorio. Tú no eres tu cuerpo, ni tu cerebro, ni tu ego. Eres más poderoso que todos ellos.

Recuerda que siempre eres amado. Siempre estás protegido. Nunca estás solo.

Por eso es tan importante perdonar. Todos hemos hecho cosas por las cuales condenamos a otros. Si deseamos que se nos perdone, debemos perdonar.

«Todo es amor... todo es amor. Con el amor llega la comprensión. Con la comprensión llega la paciencia. Y entonces el tiempo se detiene. Y todo es ahora.»

1 feb 2009

Reflexiones sobre la muerte


Luego de leer ciertos escritos y libros (sinceramente muy pocos libros), sobre el tema de la muerte, presiento que nunca jamás sabremos de verdad sobre este (posiblemente) vacío que tarde o temprano llega a todos. Como una vez escuché: "De lo único que el hombre está seguro es que morirá", todo lo demás (cómo, cuándo, por qué) nunca se sabrá.

Aún así, el hombre, aterrado por lo desconocido e insastifecho por lo que no sabe, "inventa" respuestas, no confirmables y empíricas. Por ejemplo, hay personas que creen, por su religión, que luego de esta vida terrenal, nuestro destino está sujeto a un juicio sobre nuestros actos. Según cómo nos hayamos portado, nuestras almas se irán al "cielo" (reino perfecto y divino) o al "infierno", con el conocido Satanás, Lucifer o como quieran llamarlo.

Otros ven esta vida como un reflejo borroso, imperfecto y babieca del mundo real. Al morir, nos vamos allá, a la perfección, donde todos son "buenos" y (curiosamente) el equilibrio entre el bien y el mal se pierde.

Hay otras creencias, como algunas religiones que claman a los hombres librarse del deseo, y así llegar a estar liberados del sufrimiento y del ciclo de renacimientos que tenemos, según dicha filosofía. Y así, existen cientos de teorías más. Enumerarlas sería algo tedioso, incluso estoy seguro que habrán otras teorías que ni yo conozco.

Pero entre todas estas alternativas de ver la muerte, la que más me llama la atención es sobre ese ciclo de vidas, de renacer. Es decir, nuestros cuerpos solo son recipientes de nuestra alma, que navega de cuerpo a cuerpo al morir. Nosotros elegimos ese instante y el momento en que abandonamos nuestro estado físico. Esto significa que sabemos cuándo hemos cumplido lo que debimos hacer aquí en la tierra.
Sabemos cuándo se nos acaba el tiempo y entonces aceptamos nuestra muerte. Cuando llegua el momento, entramos a un trance, y nuestra alma es libre. Cuando hayamos disfrutado del tiempo necesario para descansar y alimentar de energía nuestra alma, se nos permitirá escoger nuestro regreso al estado físico. Los que no están seguros de querer regresar aquí, es probable que pierdan la oportunidad que se les ha brindado, la oportunidad de cumplir con su deber.

Estoy seguro que existen más versiones sobre la muerte. No le temo a la muerte, solo temo no haber hecho todo lo que quise a su momento.

27 ene 2009

Presencia perturbadora


"No debería estar aquí"
Me repetí por tercera vez.

El ambiente era tórrido y pesado; el lugar, claustrofóbico y oscuro. Luces de colores potentes destellaban el pequeño cuarto. Música del momento como fondo, dejando sordos a todos. Varios bailaban, muy pocos de manera armónica, muchos "tratando" de seguir el ritmo repetitivo.

Allí estaba yo, entre toda esa masa humana de cuerpos que se rozan. Parejas abrazadas (algunas con la cabeza caliente), gente sudando, hombres con camisas y sin sacos, chicas con vestidos de diferentes colores y tonalidades (unos muy provocativos), algunos bailando (muchos lo hacían si la música permitía contacto más cercano a las féminas), otros sentados, desentonados o cansados. Y allí estaba yo, más como un espía falso, en un "lindo" quinceañero.

Estaba allí por amistad, para no decepcionar a la amiga. Pero mi verdadera razón iba más allá. Mi mirada la buscaba, sin importarme ser evidente. Bailaba muy poco, lo necesario. No es muy divertido hacerlo cuando sientes que lo haces de mal a peor. Miraba con cierta envidia a esos bailarines que no se pierden ninguna pieza. Estaba realmente incómodo.

"No debería estar aquí"
Me repetí por cuarta vez.

Iba de un lado a otro, movilizándome entre grupos de chicas y chicos, entre gente bebiendo, entre parejas bailando, entre el casi compacto conjunto. Me topaba con muchos desconocidos, a cada risa me sentía aludido, era frustrante.

Mi apremiante búsqueda comenzaba a irritarme. Comenzaba a desesperarme, suponiendo que nunca la hallaría, ella, la razón de mi presencia allí. ¿Es que no podía evitar pensar en ella? ¿No podría divertirme un rato con los unicos amigos que tenía allí?

Sí, podía, pero ni entre ellos estaba lo suficientemente feliz. Mi adversión por las fiestas se estaba intensificando justo en ese momento. Y para rematar, ella no aparecía. ¿Habrá venido? ¿¡Dónde mierda está?!

Suficiente, iba a descontrolarme, no quería arruinarme solo la velada. Debía darme por vencido... Pero, maldición, la vi entrar por la única puerta. Mi mirada se clavó en ella, el ritmo de mi respiración comenzaba a empeorar (ya por el lugar tan cerrado, respiraba demasiado desigual), la sangre se subía a mi cabeza, apretaba los puños y los dientes, sentía una gota de sudor por mi espalda... y de pronto, fui insensible a lo que pasaba alrededor mío. El ruido ensordecedor disminuía su volumen, las personas formaban manchas espesas, los que hablaban gritando ahora susurraban.

Solo la veía, bajando las tres gradas y entrando a mi suplicio, pero para ella todo lo contrario. Llevaba un vestido azul noche apretado, con el cabello suelto y una mirada fresca. Se veía hermosa, o al menos para mis ojos. Entre tanta gente ni se percató de mi mirada.

Avancé torpemente hacia ella, pisé a un chico y casi tumbo a una jovencita poco agraciada. Ella ya estaba con sus amigas, forjando una defensa dura. Ella me vió y sonrió dulcemente. Rocé mis labios por su mejilla rosada. Sentía en su piel el clima fresco de afuera, causando un delicioso contraste de temperaturas con mi caluroso cuerpo.

Sin saber por qué, le pedí para bailar. Ella aceptó sin ningún problema. La canción era cumbia, pero no importaba. No era que odiara ese tipo de música, era por mí. Perdía demasiado rápido el ritmo, pero ella siempre me guiaba para tratar de desimular. Esta vez no fue la excepción.

Se notaba claramente que ella no disfrutaba el momento. La verdad que a mí tampoco. Seguro estaba incómoda por bailar con alguien tan pésimo. O tal vez esta situación le traían recuerdos que no le gustaba evocar justo en ese momento. O...

Comencé a hacer tantas conjeturas que cuando ella me dijo que ya había acabado la canción, me entristecí porque practicamente mi turno con ella esa noche había acabado. Justo luego de dejarla, un amigo de ella le pidió bailar. Con indignación pude ver que, acabada una canción (otra vez de cumbia), ellos seguían bailando. Y pude ver en su rostro verdadera diversión. Se estaba pasando de lo mejor con él, y tenía razón de ser, el chico sabía moverse muy bien y eso le permitía a ella disfrutar del baile. Bailaron unas tres piezas más y luego la sacó a bailar otro, y otro, y otro...

"No debería estar aquí"
Me repetí por quinta vez.

Seguro que ya estaría agotada de tanto baile. Todos los chicos que la sacaban eran bailarines profesionales a mi lado. Bailé por mi cuenta, para desimular. Y así seguí toda la noche, no volví a sacarla, tenía verguenza y quería que la pasase mejor con personas que realmente bailaban y no con alguien que solo quería estar cerca de ella para "vivir el momento".

18 ene 2009

Flotando sobre mar muerto


Me costaba olvidar el pasado. Más aún cada vez que me topaba con algún recuerdo de "ella". Me sumergía en un mar plagado de pirañas que, con cada mordida, traían reminiscencias a mi memoria.

Cada mordida era diferente, algunas sutiles, inquietantes, otras extrañas, raras, absurdas, muy pocas eran de pesadumbre o tristeza. Y, luego, comenzaba a salir del mar sin final. Así como una tabla de madera que se pierde en el océano, flotaba sobre mis propios recuerdos. Y me dejaba llevar... lejos... flotando... lentamente...

De pronto, el tiempo pasaba, incluso aunque cada minuto doliera como el latido de mis venas al palpitar. El tiempo continuaba de forma desigual, con momentos insportables, alegres, frecuentes, similares...

Siempre terminaba confundido en una espesa neblina que trastornaba mis días. Habían momentos cuando me hallaba en mi casa sin saber cómo llegué. No recuerdaba cuando tomaba mi carro para regresar, ni cuando bajé del mismo, ni cuando toqué la puerta. Simplemente aparecía aquí, en casa, en mi sala, en mi cuarto, o frente al computador. No recordaba con claridad, y esto se intensificaba al ser una rutina. Sentía que perdía la noción del tiempo, cada respiro era lento. Un día más, un día menos, me resultaba indiferencia. No luché contra esa neblina durante buen tiempo.

Hasta que, cansado, me empapaba de acciones, deberes. Así, el tiempo pasó rápido. Y cuando me di cuenta, era su cumpleaños. No pude evitarlo: todo se detuvo, mi rutina cambió.

Luego, todo volvió a la normalidad, las mismas cosas, el mismo trabajo, los mismo deberes. Pero, de nuevo, todo se quebró, dolorosamente, como si se intentara cortar metal con las manos. Navidad, perfecta excusa.

Desde entonces, mis días ya no son rutina, pero tampoco son largos y tristes. Vacaciones semanas tras semana. Para mi "desgracia" volveré a verla. Ella sin ningún interés. Yo disfrutando cada momento sublime. Viendola desde lejos, siendo ella intocable, pero evitando acariciar recuerdos. Mis sentidos se agudizan, comienzo a despertar de una larga hibernación.

Me pongo bastante activo, devoro libros y textos, aprendo, corro, camino, me divierto, disfruto los días, mancho mi cuerpo de pasiones, vivo.

7 ene 2009

El loco


Me preguntas como me volví loco. Así sucedió:
Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras -siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando:

-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!

Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó:

-¡Miren! ¡Es un loco!

Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:

-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!

Así fue que me convertí en un loco.

Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.

Pero no permitas que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.


Khalil Gibrán