17 oct 2008

Rupturas (Capítulo 3)

Afrontando una ruptura.

Luego de notar las señales de la ruptura, es probable que la relación se vaya acabar.
En el caso que eso suceda, existen distintas actitudes y sentimientos que se producen luego de haber terminado una relación. Puede uno sentir dolor, arrepentimiento, o en caso opuesto, hasta "libertad" por separarse de su pareja. El problema surge con el dolor, apenas terminada una relación. En ese caso, pregunto:

¿Cómo afrontar una ruptura?

Realmente la única medicina que puede calmar el dolor de una ruptura sentimental es: El Tiempo. En el momento en que te encuentras en el ojo del huracán, no hay palabras ni comentarios positivos que puedan serenar tu ansiedad, ni mucho menos calmar tus emociones, especialmente si fuiste la persona a la que dejaron. Con el tiempo, descubrirás que te sucedió por una buena razón. Todas las situaciones que vivimos encierran una enseñanza.

En varias partes he leído de algunas herramientas para afrontar esta situación. Entre ellas están:

1. No pensar tanto. Deja de darle vueltas en tu cabeza a lo que pudiste hacer mientras podías. Lo que ya se hizo, se realizó, y lo que no, mejor es solo tomarlo en cuenta para la próxima oportunidad. No permitas que tus pensamientos te lleven a recordar los detalles tristes. Distrae tu mente con cosas que realmente te gustan hacer.

2. Comparte con un buen amigo. Muchas veces hablar con alguien que se muestre interesado en nuestra historia puede ser muy terapéutico, pues nos ayuda a liberar un poco de la carga que llevamos por dentro. Debe ser alguien obviamente de confianza. Hay que ser precavidos también a quien se lo contamos, no a cualquiera que de pronto se ponga frente a nosotros.

3. Nunca busques culpables. Mientras más insistas en sentirte culpable por lo que pasó, o en hacer culpable a tu pareja, lo único que lograrás será aumentar tu malestar. Piensa que en una relación de pareja, ambos somos parcialmente responsables de lo que vivimos. Hay que ver desde otra perspectiva.

4. No tengas miedo. Recupera la confianza en ti mismo. Reconoce tus capacidades y al mismo tiempo recuerda que, dentro de ti, se encuentran las herramientas necesarias para superar esa situación por más difícil que sea. Pregúntate: ¿Que puedo aprender de esta situación? Y con mucha suavidad, permítete aprenderlo. Al final de todo, siempre estás tú, solo tú. No le temas a la soledad, que es pasajera y lo más probable es que solo sea una idea en tu mente. Fíjate en tus amigos, siente el apoyo de ellos.

Y así, existen distintos métodos para afrontar una ruptura. Cada quien es responsable de sus actos. Uno no se debe clavar en un sitio, ya que nunca llegará a otro lado. Hay que ser capaces de superarse, no es fácil, pero tampoco imposible.

12 oct 2008

Rupturas (Capítulo 2)

Señales de una Ruptura

A pesar que uno puede evitar una ruptura manteniendo la comunicación o innovando la relación, hay veces que ni eso puede salvar la unión de pareja. En el momento que se aproxima una ruptura, siempre existen señas. A veces la pareja lo hace muy evidente como para "ceder la palabra" a la otra persona comprometida. En otras ocasiones, por cualquier razón, uno de ellos prefiere evitar hacer notorio las señales.

Entre estas señales o causas, se pueden enumerar algunas acciones o estados:

1. Inmadurez
2. Falta de habilidad de auto expresión
2. Engaño o Infidelidad
3. Baja Autoestima
4. Cansancio y/o aburrimiento
6. Falta de estimulación
7. Conflictos frecuentes

Además de estas características, existen dos rasgos importantes que deben ser tomados en cuenta. La primera es sobre la preocupación obsesiva de la pareja por lo que falta en la relación, se centra en observar lo negativo y las necesidades que no están cubiertas. Esto sucede normalmente y es un efecto inconsciente cuando la pasión empieza a apagarse. Sólo a raíz de la separación son conscientes de que existían otras muchas necesidades que si estaban satisfechas y a las que no prestaban atención. Es en este momento cuando se toma conciencia de que se echan en falta ese tipo de satisfacciones o beneficios.

Por otro lado, el paso del tiempo crea una dependencia emocional entre las dos personas que ni siquiera son conscientes, por lo menos hasta después de la separación. En el caso de una ruptura traumática deben enfrentarse al rechazo, mientras que si ésta ha sido amistosa, surgen los sentimientos de arrepentimiento y las dudas. Esta corriente emocional persiste por muy desagradable que haya sido la relación.

7 oct 2008

Rupturas (Capítulo 1)

Evitando las rupturas.

Siempre que uno empieza una relación, está propenso a llegar a una ruptura tarde o temprano. Es como si un día que pasa en la vida es un día más próximo a la muerte. Obviamente, siempre habrán casos excepcionales donde las relaciones lleguen a una intimidad más profunda, donde la pasión en la pareja es perenne, y donde compromiso se consolida en el matrimonio (hasta que la muerte los separe).

Pero el tema es sobre las rupturas. Empiezo preguntando:
¿Cómo evitar una ruptura antes que suceda?

Es una difícil pregunta, sin respuesta única. En Internet, en revistas y periódicos hay infinidad de artículos sobre este tema. Yo he leído alguno de ellos. Es notorio que cada situación es distinta y en ocasiones la ruptura resulta casi inevitable. A pesar de ello, siempre hay una serie de medidas que pueden tomarse para evitar culminar una relación. Entre ellos están:

1. Mantener siempre la comunicación:
Es uno de los principales elementos que no puede faltar en una relación. Interrumpir la comunicación es sencillamente el final de toda relación. Siempre debe existir un nexo que una a la pareja, especialmente mediante palabras. Hay que comunicarse sobre todo ante situaciones problemáticas. Si la tensión impide que sea en persona, una carta podría llegar a resolver una apurada situación, y así no se pierde la conexión que debe existir.

2. Repetir a la pareja que lo(a) quieres:
Siempre es necesario y no hay que darlo por asumido. Hay que decirlo con frecuencia, pero sin llegar a decirlo como algo repetitivo, por obligación o como respuesta. Hay que decirlo con sinceridad y, si es posible, de mil maneras distintas, sin llegar ala monotonía, o demostrándolo con gestos y actitudes notorias.

3. Ser detallista:
debemos ser sensibles y prestar atención a las necesidades de nuestra pareja; puede que no pidan nada, pero siempre agradecerán que le den aquello que necesitan, por más que no parezca. Esto requiere conocer a fondo a la pareja, ya que cierta actitud puede significar algo especial que muy pocos lo perciben.

4. Estar juntos:
siempre se debe dar un tiempo para la relación, para disfrutar en común. Crear un espacio en la agenda, por más apretado que sea. A pesar de ello, nunca es bueno dejar de lado todo lo demás por la relación. Hay días, semanas o meses que será imposible un encuentro para la pareja. Hay que saber comunicarlo, y pensar que en el tiempo que no se vean, se acumularán más las ganas de volver a estar juntos, otra vez.

5. Pelear por problemas:
Siempre existen problemas en toda relación, desde los menos trascendentales hasta lo más complicados. Nunca se debe tratar de resolver los problemas mientras se encuentran enfadados. Y nunca se debe mentir para resolver una situación. Se debe hablar de los problemas, estudiar cómo afrontarlos y resolverlos. A veces, darse un tiempo puede resultar, pero se corre el riesgo de que la pasión termine, o, en caso contrario, que se descubra lo mucho que hace falta la pareja.

Finalmente, si todo falla, hay que saber terminar una relación. Tratar de prolongar una relación que ha muerto resulta destructivo para ambos. Hay que saber cómo decirlo, explicando las razones y sin mentir. La sinceridad en las relaciones es vital.