18 ene 2009

Flotando sobre mar muerto


Me costaba olvidar el pasado. Más aún cada vez que me topaba con algún recuerdo de "ella". Me sumergía en un mar plagado de pirañas que, con cada mordida, traían reminiscencias a mi memoria.

Cada mordida era diferente, algunas sutiles, inquietantes, otras extrañas, raras, absurdas, muy pocas eran de pesadumbre o tristeza. Y, luego, comenzaba a salir del mar sin final. Así como una tabla de madera que se pierde en el océano, flotaba sobre mis propios recuerdos. Y me dejaba llevar... lejos... flotando... lentamente...

De pronto, el tiempo pasaba, incluso aunque cada minuto doliera como el latido de mis venas al palpitar. El tiempo continuaba de forma desigual, con momentos insportables, alegres, frecuentes, similares...

Siempre terminaba confundido en una espesa neblina que trastornaba mis días. Habían momentos cuando me hallaba en mi casa sin saber cómo llegué. No recuerdaba cuando tomaba mi carro para regresar, ni cuando bajé del mismo, ni cuando toqué la puerta. Simplemente aparecía aquí, en casa, en mi sala, en mi cuarto, o frente al computador. No recordaba con claridad, y esto se intensificaba al ser una rutina. Sentía que perdía la noción del tiempo, cada respiro era lento. Un día más, un día menos, me resultaba indiferencia. No luché contra esa neblina durante buen tiempo.

Hasta que, cansado, me empapaba de acciones, deberes. Así, el tiempo pasó rápido. Y cuando me di cuenta, era su cumpleaños. No pude evitarlo: todo se detuvo, mi rutina cambió.

Luego, todo volvió a la normalidad, las mismas cosas, el mismo trabajo, los mismo deberes. Pero, de nuevo, todo se quebró, dolorosamente, como si se intentara cortar metal con las manos. Navidad, perfecta excusa.

Desde entonces, mis días ya no son rutina, pero tampoco son largos y tristes. Vacaciones semanas tras semana. Para mi "desgracia" volveré a verla. Ella sin ningún interés. Yo disfrutando cada momento sublime. Viendola desde lejos, siendo ella intocable, pero evitando acariciar recuerdos. Mis sentidos se agudizan, comienzo a despertar de una larga hibernación.

Me pongo bastante activo, devoro libros y textos, aprendo, corro, camino, me divierto, disfruto los días, mancho mi cuerpo de pasiones, vivo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si sigues asi llegaras lejos y hablo de tu estilo, tu inspiracion... En serio atrapas

Anónimo dijo...

me ha pasado... eso de llegar a casa y no saber cómo,lo único que sabes es que tienes ganas de escribir.

Zethyo dijo...

Y es así, unas enormes ganas de escribir, principalmente porque me siento inspirado. Ya el lapicero y el papel dificilmente uso, más rápido y sencillo es teclear cada letra, con presura y emociones diversas del momento.

Anónimo dijo...

Me fascina como escribes, desde la primera vez que te leí me enamoré de tu escritura, que lindo escribes Zethyo.

Perdóname x no haber venido antes, me porté ingrata contigo, jejeje, es q es el trabajo jijiji..

Ojala ella siempre esté allí para q te inspire, aquella musa que te hace escribir tan hermoso...

Un beso amix