25 jul 2008

Fuego congelante

Y caigo en el fuego abrasador, que me consume y congela.
Poco a poco resisto, me doy cuenta que las llamas me refrescan.
Mantengo mi cuerpo encerrado para huir de ardientes cuchillas.
Los lazos me laceran dentro y con cadenas soy libre.
Veo sin pupilas llamas y grito sin voz, pidiendo auxilio.

Clamo ayuda insignificante y disfruto del dolor.
Cortes propios y ajenos, me mantienen dentro.
Me acomodo en tu sombra, para calentarme.
Me consumo ante ti, ¡pero reviento mi pecho!...
para que contemples... las llamas de hielo dentro...

¡Qué frías resultaron ser!
Sí, dagas congeladas.

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