27 dic 2008

XXIV de diciembre


Durante la semana pasada anduve pensando a quién regalar algo por estas fechas navideñas. No sé si mi decisión fue la mejor (ahora dudo), pero al final decidí darle un regalo a Musa. Para esta elección, tuve que aceptar anticipadamente que nada recibiría de ella (nada físico y palpable), o al menos eso creía.

Luego de crear una lista mental sobre qué regalarle, decidí por realizar algo por mí (como casi siempre había hecho). Quería darle algo único y diferente, que ningún pariente o amigo(a) le pueda regalar. Decidí elaborar un CD que recopilara cosas pasadas: fotos, textos, música y algún otro detalle que en algún momento yo hice (o hicimos).

Terminada la empresa (no pensaba que sería tan complicada) el mismo 24 de diciembre a las tres de la madrugada, me sentía algo contento conmigo mismo: el resultado era agradable. Descansé lo poco que pude y luego tuve que informarle a Musa sobre lo que había preparado para ella. No me quedaba opción, quería dárselo personalmente y a tiempo (no como en su cumpleaños).

Esa decisión no lo pensé muy bien y luego me arrepentí: no quería verla a solas (o era que los nervios me mataban). Para prevenir cualquier acción estúpida, tracé un plan en mi cabeza: tenía que ir a su casa, tocar su puerta, esperar que salga, verla, abrazarla por navidad, darle su regalo y "huir" de su hogar que me creaba muchas reminiscencias.

A las cinco de la tarde, decidido y más seguro, recorrí la misma ruta que me conducía a su casa una vez más. Llegué, toqué, salió Musa y me regaló una sonrisa que casi me congeló. Tuve que mantenerme firme y de inmediato (y con mucha torpeza) la abracé. Durante ese único segundo en que la tuve entre mis brazos, varias emociones comenzaron a surgir, precipitándose mi pulso y desapareciendo mi tranquilidad. Ella se sintió incómoda (creo) y por ello preferí no seguir con escena.

Seguíamos parados y en la puerta de su casa. Le deseé un "feliz navidad" falso y le entregué el regalo muy decido y (desafortunadamente) algo ansioso. Le expliqué que no era un CD de música (como antes), que lo debía revisar en su computadora y que el DVD, que adjuntaba con mi regalo, era de un anime que me había gustado (Saikano). Ella lo agradeció mucho. Otra vez, su sonrisa (ahora más cálida) me impactó. "Vaya tonto enamorado", pienso ahora.

De acuerdo al plan, tocaba retirarme, pero no pude. Sus ojos me habían capturado y parecía sumiso ante su presencia. Al parecer, ella era mi debilidad. Estaba nervioso, temía quedar mal como lo fue en su cumpleaños (cuando no hablé nada con ella a solas). Pero, sin explicarme aún por qué, ambos comenzamos una larga conversación bastante amena y refrescante.

Conforme los minutos pasaban, más me tranquilizaba, más cómodo me sentía y más... más... más la quería. Era increible cómo hablábamos, igual que antes, como cuando "éramos". Me sentía como antes y, por momentos, tanta pasividad y elocuencia de mi parte me asustaba. Solo faltaban las caricias, los abrazos y los besos que, obviamente, nunca llegaron (y nunca volverán a llegar).

Ella me miraba casi siempre a los ojos y eso me perturbaba, no podía verla directamente, mi cuerpo se estremecía y casi siempre mi vista terminaba desviada. Sin darme cuenta, hacía referencias al pasado que ambos claramente evitábamos. Y así hablamos, duranto tanto tiempo que comenzaba acostumbrarme. Me encantaba estar hablando con ella, lo disfrutaba, cada minuto, cada gesto, cada sonrisa, cada chiste tonto, cada risa y carcajada, todo era grabado fuertemente en mis recuerdos, para nunca olvidarme de este momento que tal vez no vuelva a ocurrir.

De pronto, volvimos a la realidad. Ella preguntó por la hora, le dije que eran las seis de la tarde, se metió a su casa y volvió comentando que saldría con su mamá. Yo debía volver antes (tenía cosas que hacer), pero no me interesaba ahora lo que pasara. Deseaba pasar más rato con ella. Seguir hablando como antes, hablar, hablar y solo hablar. Si deseaba algo más, mi razón y los recuerdos me obligaban a dejarme de tonterías.

Al final, bajamos los tres y mi elocuencia seguía intacta (cosa que no pasaba normalmente). Me gustaba estar entre las dos, entre mi inspiración y su madre, que tanto cariño (posiblemente) me guarda. En un punto del camino nos despedimos. El beso que le dejé en la mejilla rosada de Musa trataba de transmitir mis agradecimientos y cariño.

Llegué a mi casa solo, pero satisfecho, con una enorme y evidente sonrisa en el rostro y con muchas ganas de escribir, y no va a ser: había contemplado a Musa por tanto tiempo que no verla era lo de menos ahora. Mis ojos dibujan constantemente su rostro, sus facciones, sus gestos, su cuerpo, sus brazos y todo su ser. Había recibido el mejor regalo de navidad: su sonrisa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

BUENO, NO HAY NADA QUE HACER, ESTAS LOCAMENTE ENAMORADO,PERO SI ESA MUCHACHA YA TIENE ENAMORADO, CREO QUE LO MEJOR ES QUE YA NO LA VEAS, SÉ QUE SUENA DIFÍCIL LO QUE TE DIGO AMIGO, PERO A MI ME PASA IGUAL, YO ESTUVE CON EL QUE CREÍA ERA EL AMOR DE MI VIDA, ESTUVIMOS POR 5 AÑOS, YO PENSÉ CASARME PRONTO, SOLO TENGO 23 AÑOS, PERO ESTABA ENAMORADÍSIMA E ILUSIONADAZA, PERO ÉL ME SALIÓ RECIEN HACE MENOS DE TRES MESES, CON QUE ESTABA ENAMORADO DE ALGUIEN MAS Y YA NO ME QUERÍA, ME SENTI MORIR, HASTA HOY ME ACUERDO Y ME SIENTO FATAL, YO QUISE BUSCARLO Y RECUPERARLO, HACE LO QUE SEA, PERO RESULTÓ PEOR, ÉL ME REGREGÓ EN LA CARA QUE YA NO ME QUERÍA Y QUE ESTABA CON ELLA, YO SUFRÍ MUCHO, MUCHÍSIMO, EL PARECÍA REGOCIJARSE CON MI DOLOR, YO DECIDÍ NO VERLO MAS, Y MAS AÚN CUANDO ME ELIMINÓ DEL MSN, ASÍ Q LO ELIMINÉ YO TAMBIEN, LLORÉ MUCHO, HASTA AHORA SE ME CAEN LAS LÁGRIMAS CUANDO LEO SUS ANTIGUOS CORREOS EN LOS QUE ME DECIA QUE NUNCA ME DEJARÍA Y QUE ME AMABA, PERO NADA ES PARA SIEMPRE Y ÉL SE FUE DE MI VIDA, Y YO LE ABRÍ POR COMPLETO LAS PUERTAS PARA QUE SE VAYA Y AHORA HE CERRADO MI CORAZON, NO QUIERO VOLVERLO A VER, TAMPOCO QUIERO VOLVERME A ENAMORAR, ÉL NO ME LLAMÓ NI POR NAVIDAD NI POR AÑO NUEVO, Y ESO ME DOLIÓ MUCHO, PENSÉ LLAMARLO YO, PERO ME DIJE A MI MISMA: "OYE TONTA, LO VAS A LLAMAR CUANDO ÉL DEBE ESTAR CON ESA TIPEJA, ESTÁS LOCA?, NO LO LLAMES" ES ASI Q NO LO LLAMÉ Y YA VA MAS DE UN MES QUE NO LO VEO NI SÉ NADA DE ÉL.

YO PIENSO AMIGO, Q YA NO DEBERIAS VERLA, SE QUE NO PUEDES, PERO INTÉNTALO, NO VIVAS AFERRADO A ALGUIEN QUE NO HACE LO MISMO QUE TÚ POR ELLA.

BUENO, PERO ME ALEGRA QUE HAYAS TENIDO UN MOMENTO DE FELICIDAD, AUNQUE LA FELICIDAD CUESTA TRISTEZAS TAMBIEN.

UN BESO Y CUIDATE.

Zethyo dijo...

Esa muchacha no tiene enamorado. Pero no importa si tiene o no.
Me inspira a bien o mal... me permite escribir... me da fuerzas...

Tal ves es difícil de creer, pero es la verdad.

No verla? Para mi aciaga suerte, la veré durante todo el verano, vamos a una especie de taller q a ambos nos gusta.

La veo... y solo puede verla... de lejos...